Todo fue un sueño

El Oporto le demostró al Villarreal en El Madrigal que todos los sueños no se hacen realidad. El equipo de Garrido soñó con la remontada, pero los blanquiazules le abrieron los ojos cerca del descanso. Hulk marcó, con la colaboración desinteresada de Musacchio, y lavó la cara del Villarreal, que hasta ese momento estaba siguiendo paso por paso los guiones de las gestas. No fue suficiente. El Oporto no permitió nada que se escapase de la lógica.

El último suspiro de la primera mitad fue desolador para el Villarreal, que recibió un gol con el que no contaba. Había restado uno de los cuatro goles que necesitaba y había asustado al pedazo de equipo de Villas-Boas, incómodo agazapándose y no levantando la mirada.

El Villarreal se tiró al cuello del Oporto sin olvidarse de sus obligaciones defensivas, pero se despistó un segundo y lo pagó con el final de lo que estaba llamado a ser el cuento más bonito de la historia amarilla. Hulk pudo disparar desde la frontal y Musacchio se cruzó en su camino, pero no lo paró, le ayudó para batir a Diego López, confundido. El balón besó las redes y sonó el despertador para el Villarreal. La vida real es más dura de lo que parece.

Antes, los de Garrido, sin Borja Valero, que no estaba en plenas condiciones, hicieron temblar al Oporto, equipo al que no es fácil hacerle dudar. El Villarreal pasó al ataque con Nilmar, Ruben y Rossi y contó con muchas ocasiones para encender la primera vela para que se cumpliese el milagro. Cani marcó en el minuto 17 y El Madrigal se creyó que todo era posible. El Oporto no lo consintió, aliándose con la fortuna, que nunca ha tenido, ni tiene, ni tendrá sentimientos.

El león colombiano
El gol de Hulk tapó la boca del Villarreal y el de Falcao, nada más comenzar la segunda parte, silenció a su rival. El Oporto contragolpeó de manual, Guarín sirvió al corazón del área y, por allí, apareció Falcao, salvaje que se revuelve en zonas de remate como los leones en la sabana. El colombiano, que ya metió cuatro en O Dragao, hizo el 1-2. Tiene la misma virtud de rematar con precisión como de respirar.

Los zarpazos blanquiazules dejaron sin fe al Villarreal, que se marchó de la Europa League con orgullo. Los amarillos acabaron ganando el partido, con goles de Capdevila y Rossi de penalti, y se despidieron de la segunda máxima competición continental convencidos de que algún día todo cambiará. El Oporto, que perdió por lesión al 'Cebolla' Rodríguez y a Fernando, jugará la final de Dublin con el Braga, equipo vecino que sabe que los de Villas-Boas no tienen sentimientos.

Marca.com

felicidades al villareal que salio con ganas a jugar, lucho hasta el ultimo momento y salio del madrigal con la cabeza bien alta

Felicidades al Villarreal y en especial al Oporto por conseguir el billete hacia la final.

El Oporto es el justo finalista a pesar de que Villarreal hizo un buen partido de vuelta.

Por lo menos gano jajaja