Cruce de reivindicaciones

Una selección en pleno resurgimiento y uno de los mejores del mundo con hambre de triunfo a nivel de selecciones. La República Checa frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo. Dos invitados de última hora a la fiesta de cuartos dispuestos a aguantar hasta el cierre de esta Eurocopa. Se han revalorizado en la fase de grupos y ahora tienen la intención de rememorar éxitos pasados.

A los checos siempre se les dio bien esta competición. Con el espíritu del 96 de los Nevded y Poborsky, el equipo de Bilek ha ido de menos a más en este torneo y ofrece cada vez mejores argumentos para creer en un camino más largo de lo que se esperaba en un principio. En ese trayecto aún no se sabe si estará su gran estrella, Thomas Rosicky. A un día del gran partido no está clara su participación. No estuvo ante Polonia y Bilek ya medita repetir el último once, donde faltaba el mediapunta del Arsenal.

Deberá hacer algún reajuste condicionado por las características del rival, y más en concreto, de Cristiano Ronaldo. El ofensivo Gebre Selassie, una de las grandes sorpresas de esta Eurocopa, tendrá que contener sus incorporaciones o reclamar las oportunas coberturas de Jiracek o algún central. Deberá controlar sus impulsos si no quiere ofrecer a la estrella lusa una autopista que puede acabar con un peaje excesivo para los checos.

La aparición de Cristiano
Precisamente en la gran estrella del equipo de Paulo Bento están depositadas las esperanzas de todo Portugal. Ha tardado pero Cristiano Ronaldo ha llegado a esta Eurocopa en el momento justo. Tras dos partidos discretos, su exhibición ante Holanda ha provocado que las opciones de Portugal aumenten considerablemente. Esta vez, sin embargo, será difícil que encuentre tantas concesiones en defensa como las ofrecidas por la 'oranje'. Serán los lusos quienes lleven la iniciativa y su rival quien espere en campo propio. Y ahí es donde aparecen las grandes dudas de los de Paulo Bento.

Será el mayor reto para una selección con ansias de triunfo. Hace mucho que no aparece en las últimas rondas, al igual que su rival, y la ambición de recuperar el prestigio perdido es máxima. Es el momento perfecto para revalorizarse y, de paso, empezar a creer en un sueño reservado para unos pocos elegidos.

Marca.com

Creo que Portugal pasará a semis sin problemas. La República Checa no me parece una selección demasiado fuerte.