Higuaín libera al Madrid de una trampa
El Real Madrid salvó el liderato saliendo de un horno, en lo que se convirtió El Molinón para recibir al equipo del 'apreciado' José Mourinho. Salió humo del estadio sportinguista en un partido de fútbol que a veces no lo pareció. Alguno no se hubiese dado cuenta de la no existencia del esférico si alguien se lo hubiese llevado a casa. Sí se enteró Higuaín de su existencia para marcar el único gol del partido. Benzema utilizó la cabeza para rematar a portería y el balón se le escapó a Juan Pablo, que no había permitido ni una alegría al Madrid hasta entonces. El 'Pipita', en línea de gol, remachó lo que se le ocurrió al francés y que no acabó de atajar el portero del Sporting.
Mourinho vio desde el palco VIP la victoria del Real Madrid en un partido canallesco, de alta tensión y de muy pocas cabezas frías. Los futbolistas jugaron a mil pulsaciones un partido muy caliente, cocinado días antes por Mourinho y Preciado. El Real Madrid sintió el mismo cariño en El Molinón que en otros estadios 'enamorados' de los blancos. Pareció el Reyno de Navarra, San Mamés o el Camp Nou.
El Sporting se multiplicó para encadenar al Real Madrid. Lo consiguió. En ocasiones, algunos jugadores parecieron más pendientes de buscar la pierna enemiga o de pelear por el próximo Óscar al mejor actor. Le pasó a los locales y le pasó a los que vestían de blanco, que cayeron en la trampa.
Una escena de esperar
El Real Madrid sintió desde el primer momento que no estaba invitado de buenas maneras a El Molinón. El Sporting no se lo pensó. Cruzó los cables del Madrid, donde hay un especialista en descargas eléctricas como Pepe. Sobró una patada del central sin balón a Miguel de las Cuevas. El equipo de Preciado sacó a los blancos del encuentro. Los rojiblancos jugaron con un cañón dentro de la legalidad y el Madrid no se aclaró. La escena era de esperar.
Fue un encuentro de cuerpo a cuerpo, de segundos más desperdiciados que aprovechados, de estar más pendiente de Turienzo que del compañero. El Real Madrid entró en el juego del Sporting, que pocos movimientos permitió. Higuaín mandó un balón al palo en el 10' y Carvalho, metros atrás, tapó agujeros cerca de Casillas. En el otro lado, los dos centrales del Sporting estuvieron soberbios, especialmente Alberto Botía. Él y Gregory fueron los amos de llave.
Higuaín... y Casillas
Tras el descanso, el Real Madrid algo se aclaró después de hablar en el vestuario. Pensó más en el balón que en el resto de condicionantes. Llegó más el Madrid, buscó más portería y se topó con Juan Pablo, que utilizó los guantes para salvar a su equipo. Mou quitó a Di María y metió a Benzema con media hora por delante. Lo agradeció el equipo. Karim parece otro. Su respuesta a la confianza de Mourinho fue más que notable.
El gol nació en su cabeza, que remató un centro de Ramos desde la derecha. El resto ya se conoce, el error de Juan Pablo, la puntilla de Higuaín. El argentino, al que se le anuló un gol legal antes del 0-1, fue el más listo y atento de todos para decidir el partido. También lo hizo Iker, que realizó una parada imposible a Barral segundos después del gol del 20. Fue la aparición de un santo que permitió que el Madrid se alejase de una trampa de la que Higuaín había liberado a sus compañeros. Botía, expulsado en el último suspiro por una entrada sin sentido a CR7, y Juan Pablo no pudieron controlar la escapada.
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